- Mientras el ecosistema celebra rondas de inversión y roadmaps ambiciosos, pocos están mirando el mayor riesgo silencioso: la gestión del talento. No como discurso inspirador, sino como una estrategia basada en datos.
Por Andrea Vargas, Co-Founder & CIO de Fleet
En los últimos años, hemos visto una avalancha de inversiones en startups con modelos disruptivos, tecnologías emergentes y métricas de crecimiento exponencial. Se financian roadmaps agresivos, estrategias de expansión internacional y, en muchos casos, visiones audaces que buscan transformar industrias completas. Pero hay algo que sigue fuera del radar de muchos fondos e inversionistas: el talento. No como discurso, sino como una estrategia de gestión basada en datos.
Como fundadora de una startup en pleno proceso de levantamiento de capital —y tras años de acompañar a líderes de Recursos Humanos en empresas de todos los tamaños e industrias— puedo decir con certeza que el mayor problema no está en el producto, sino en cómo gestionamos a quienes lo construyen.
Un problema que no se ve… hasta que ya es tarde
Las startups no suelen fallar por falta de producto o capital. Fallan porque pierden a las personas clave en el momento equivocado. Porque el fundador ya no está alineado con su equipo. Porque los primeros 20 colaboradores —quienes conocen la esencia del negocio— se van sin previo aviso. ¿La razón? No se mide el riesgo de rotación ni el desgaste emocional. Y lo peor: seguimos gestionando el talento con intuición, no con evidencia.
¿Dónde están los KPIs de talento en el Data Room?
Al hablar con líderes de Recursos Humanos, hay algo que se repite con demasiada frecuencia: a diferencia de Finanzas o Comercial, ellos no cuentan con dashboards ni indicadores clave sobre su activo más importante —las personas. No hay métricas claras sobre engagement, desempeño, riesgo de abandono o cultura. Las decisiones siguen siendo subjetivas, intuitivas o reactivas. ¿Cómo se pretende escalar si el área responsable de cuidar y desarrollar al equipo opera a ciegas?
Los fondos están comenzando a hablar de “people diligence”, pero aún es solo un checkbox simbólico. Si queremos startups más sanas, sostenibles y exitosas, es momento de dejar de ver al talento como un área de soporte y empezar a entenderlo como una variable crítica del negocio.
De founder-led a culture-led
Levantar capital es solo una parte del juego. Escalar, profesionalizarse y retener a los mejores es la verdadera hazaña. Y eso no se logra solo con equity, sino con visibilidad. Visibilidad sobre qué motiva a tu equipo, qué líderes están al borde del burnout o quiénes tienen potencial para crecer.
En Fleet, un SaaS de HRTech que combina modelos predictivos e inteligencia artificial, contamos con datos y estadísticas que permiten tomar decisiones más inteligentes. Lo vemos todos los días: cuando una empresa tiene los datos correctos, puede anticiparse a los problemas, actuar con foco y ahorrar millones. No por suerte, sino por diseño.
Un llamado a los inversionistas
A los fondos: empiecen a preguntar por la salud del equipo, no solo por el TAM.
A los founders: incluyan métricas de talento en sus tableros y presentaciones.
Y al ecosistema en general: entendamos que el futuro no lo construirán quienes levanten más capital, sino quienes logren retener y hacer crecer a los mejores equipos.
Porque cuando una persona clave se va, no solo pierdes talento. Pierdes velocidad, cultura y, muchas veces, el rumbo.