Flujolink, una plataforma chilena de cobranza automatizada para empresas, nació a fines de 2024 como un spin-off del holding Grupo Altas Cumbres, conocido por operar activos como el centro comercial Jockey Plaza en Perú y por su empresa de cobranza Recsa. Hoy, la fintech ya opera en Perú y prepara pilotos en Colombia y México, consolidando un nuevo caso de intraemprendimiento exitoso en América Latina.

Tecnología B2B con origen corporativo

El proyecto surgió de una validación interna orientada a escalar aprendizajes del negocio tradicional de cobranza B2C, pero con un nuevo enfoque: empresas pequeñas, medianas y grandes que enfrentan desafíos en la automatización y gestión financiera.

“Detectamos que muchas compañías carecían de una herramienta especializada para gestionar sus procesos de cobranza de manera centralizada, con visibilidad y control. Por eso diseñamos Flujolink, no desde cero, sino apalancando nuestra experiencia”, explica Giovanni Medrano Ríos, CEO de Flujolink.

A diferencia de muchas startups, Flujolink no recurrió a fondos de inversión ni capital externo. Se construyó con un capital inicial de 300 mil dólares, provenientes de ahorros del equipo fundador. Esa independencia permitió validar su producto mínimo viable sin presiones externas y escalar de forma ágil.

Más de 60 clientes activos y un enfoque modular

Actualmente, Flujolink cuenta con más de 60 clientes activos en sectores como telecomunicaciones, servicios profesionales, BPO y empresas del propio holding, como Recsa o CIMA. Su solución automatiza recordatorios de pago, conciliaciones, flujos de trabajo y conexión con sistemas tributarios y bancarios, lo que se traduce en menos carga operativa y mayor control del flujo de caja.

La propuesta SaaS de Flujolink es modular y escalable, diseñada para empresas que procesan desde 50 hasta más de 100.000 facturas mensuales.

Expansión regional: primeros pasos en Perú y nuevos pilotos

La entrada a Perú se concretó a inicios de 2025 gracias a la infraestructura del holding, lo que permitió validar la solución en un entorno exigente y diverso.

“Adaptamos la plataforma al contexto local y confirmamos que los desafíos financieros de las empresas son comunes en la región. Fue una puerta que se abrió naturalmente gracias a nuestras redes”, comenta Medrano.

Con esa validación, la fintech apunta ahora a sectores clave como servicios financieros, retail, legal y BPO. En paralelo, ya prepara su llegada a Colombia (con piloto previsto para el segundo semestre de 2025) y evalúa un caso de uso en México junto a actores estratégicos del ecosistema empresarial.

La meta es ambiciosa: multiplicar por cinco su base de clientes en seis meses y alcanzar una facturación anual de 1 millón de dólares en los próximos 12 meses.

Innovar desde dentro: las ventajas del intraemprendimiento

Como spin-off de un grupo tradicional, Flujolink ha aprovechado ventajas como el acceso a datos, reputación, red de contactos y financiamiento paciente. Pero también ha enfrentado desafíos, especialmente culturales.

“Fuimos conscientes desde el inicio de que la innovación debía construirse con autonomía real. Operamos como una startup, pero con la experiencia y respaldo de un grupo con presencia regional”, afirma su CEO.

El caso de Flujolink se suma a otros intraemprendimientos exitosos en la región, como Yape (BCP), MACH (BCI) y Tenpo (Credicorp). Todos demuestran que, con visión estratégica y autonomía operativa, es posible construir innovación escalable desde el corazón de grandes corporaciones.