Tintte, fundada por Gustavo Freytes, Rodrigo Asili y Magalí Mendez, surge con una misión clara: reducir el impacto ambiental del sector textil a través de la creación de pigmentos sostenibles y más económicos. La startup argentina con base en Miami, Estados Unidos, utiliza biotecnología avanzada para desarrollar una solución que no solo disminuye la contaminación, sino que también ofrece una alternativa competitiva en términos de costos.

La innovación de Tintte radica en el uso de microorganismos para producir pigmentos no tóxicos, biodegradables y no derivados del petróleo. Estos microorganismos, sometidos a condiciones específicas como temperatura y presión para generar una amplia gama de colores como el rojo, azul, gamas de pasteles y negro. Desde la startup indican que este último se encuentra en sus fases finales de desarrollo.

«Nuestro objetivo desde el principio ha sido demostrar que es posible crear una industria textil más limpia y sostenible», comenta Freytes. Añade que «estamos logrando no solo una solución respetuosa con el medio ambiente, sino también más accesible económicamente».

Tinte apuesta por la innovación y alianzas estratégicas

Actualmente, Tintte se centra en dos áreas clave. La primera es la optimización de su proceso de producción, buscando mejorar la eficiencia de sus biocolorantes y minimizar aún más su impacto ambiental. La segunda es el desarrollo de alianzas estratégicas con marcas de moda e industrias textiles, con quienes están llevando a cabo pruebas de concepto y cápsulas comerciales. «Estas colaboraciones nos permiten posicionarnos como un referente de innovación en la industria textil sostenible», sostiene Freytes.

Con operaciones en Argentina y presencia en Miami, Tintte se prepara para una misión comercial a México con el objetivo de conectar con empresas textiles e inversionistas interesados en sostenibilidad. Por otro lado, están evaluando asociaciones estratégicas en Europa, donde existe una fuerte demanda de innovación sostenible. «La expansión es una respuesta a la creciente demanda global de soluciones sostenibles y a la necesidad de estar más cerca de las grandes marcas y centros de producción», asegura el cofundador.

Para finales de 2024, desde Tintte proyectan finalizar con éxito las pruebas de su primer biocolorante. «Es fundamental lograr la certificación de su desempeño industrial, así como demostrar el impacto ambiental positivo que conlleva reemplazar un colorante de síntesis química proveniente del petróleo por un biocolorante biodegradable que no contamina los efluentes. Este hito nos permitirá avanzar con las cápsulas comerciales para el próximo año», afirma Gustavo Freytes.