En Latinoamérica, el lavado de dinero representa una amenaza constante para la región. Es un delito que consiste en legitimar fondos provenientes de actividades ilícitas como el narcotráfico, la corrupción y el contrabando, lamentablemente es un problema global que afecta a las economías y alimenta el crimen organizado.

Más allá de las cifras, el blanqueo de capitales tiene un impacto dañino para la sociedad. Al financiar actividades criminales como el narcotráfico y la corrupción, debilita el estado de derecho y estropea la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. El Fondo Monetario Internacional estima que cada año se lavan entre 2,17 y 3,61 billones de dólares a nivel mundial, una suma que podría destinarse a mejorar la calidad de vida de millones de personas.

¿Y si hablamos de las consecuencias? Principalmente el aumento de corrupción, inestabilidad económica, financiamiento del terrorismo y la impunidad para criminales. Combatir el lavado de dinero exige un compromiso real por parte de las instituciones financieras. Es necesario implementar medidas más robustas e invertir en tecnología para:

  • Conocer a fondo a cada cliente (KYC): Verificar la identidad y el origen de los fondos de cada cliente.Este es el primer paso en la detección y prevención del blanqueo de capitales.
  • Monitorear las transacciones de los clientes constantemente para buscar actividades sospechosas, incluso en tiempo real.
  • Generar a diario informes de operaciones sospechosas: Cuando se detectan actividades inusuales, deben reportarse a las autoridades competentes.
  • Los empleados y equipos internos deben recibir capacitación regular en materia de AML.

En Guardline, hemos desarrollado un co-piloto regulatorio con AI capaz de analizar millones de transacciones en tiempo real, anticipándose a las tácticas de los delincuentes. Es como tener un equipo de expertos financieros trabajando 24/7, identificando patrones y anomalías que podrían pasar desapercibidas. Con esta precisión y proactividad, estamos un paso adelante en la lucha contra el crimen financiero

En definitiva, la tecnología es nuestro aliado más valioso en la lucha contra el lavado de dinero. Al combinar la potencia de la inteligencia artificial con la experiencia humana, podemos construir un sistema financiero más seguro y transparente.