Han pasado 2 años desde que la humanidad controló la pandemia de COVID-19. La educación en Latinoamérica fue uno de los sectores más afectados, y exacerbó muchas de las brechas existentes. Según el informe de HolonIQ, algunos de los números más alarmantes reflejan la magnitud de los retos que enfrentamos: 170 millones de estudiantes en la región están experimentando un retraso educativo de hasta 10 años. Este retroceso no es solo una cifra, sino una crisis estructural que pone en riesgo el desarrollo futuro de toda una generación.

Uno de los obstáculos más grandes es la falta de maestros. Se estima que, para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU, Latinoamérica necesita incorporar 3.2 millones de nuevos maestros. La escasez de docentes ya era un problema previo a la pandemia, pero la crisis sanitaria lo ha agravado, dejando a muchos países luchando por encontrar y capacitar a suficiente personal para satisfacer la demanda educativa.

La inversión es otro de los puntos críticos. En 2021, a nivel global, la inversión fue de US$20 mil millones, la mayor cifra de todos los tiempos. Desde entonces, la inversión ha caído un 89%, siendo la inversión de 2024 de US$2.4 mil millones la cifra más baja desde 2015. El impulso de las inversiones en la pandemia ha terminado; ahora, todos los grupos de inversión están esperando resultados de esas inversiones en 2021. Se espera que para 2025 los fondos poco a poco tengan más confianza, y siguen siendo clave la base de startups en tecnología y el sector de aprendizaje a lo largo de la vida.

Por último, se estima que, para 2050, dos mil millones de profesionales en el mundo necesitarán reskilling y upskilling. La digitalización de los procesos laborales, la automatización y el cambio constante en las demandas del mercado laboral exigen una educación continua que prepare a los trabajadores para enfrentar nuevos desafíos. Si no logramos establecer un ecosistema de aprendizaje continuo, los países latinoamericanos podrían quedar aún más rezagados en términos de competitividad global.

En conclusión, la educación ha sufrido una crisis importante, pero gracias al esfuerzo de organizaciones como el Tecnológico de Monterrey, que decide invertir en mejorar la vida de millones de personas en Latinoamérica a través del Instituto para el Futuro de la Educación (IFE), se vislumbran nuevas oportunidades. Como símbolo de esta inversión y apoyo, próximamente se realizará el evento IFE Conference, que reunirá a más de 4,000 innovadores educativos: profesores(as), directivos, corporaciones y emprendedores(as).