Tienes la idea que va a revolucionar el mundo. Elegiste lanzarte con todo a emprender. ¿Y ahora qué?

Cuando decidí emprender, me di muchas vueltas hasta lograr lanzar el MVP y tener los ansiados primeros clientes. Me equivoqué mucho. Me podría haber ahorrado mucho tiempo, plata y dolores de cabeza si hubiera sabido el «camino ideal» a seguir.

Varios emprendedores que están empezando me han pedido mentorías sobre qué pasos seguir o qué priorizar, pero como el tiempo es limitado y no puedo ayudarlos a todos, quise escribir acá para que ojalá muchas personas puedan aprender y lograr tener un emprendimiento que la rompa y cambie el mundo. Por lo que, quise entregar un «disclaimer» –textos de aviso– con sólo algunos tips que he aprendido en mis tres años como emprendedora, hay muchos consejos que aplicar y formas de lograr lanzar tu startup.

«Dar forma a la idea»: La mente de los founders funciona a mil por hora, y podemos enredarnos con todas nuestras ideas y perder el foco –problema diario en mi caso–. Pero es necesario ordenarse y elegir un par de ideas que puedan transformarse en negocio. Crea una presentación con las 3 principales ideas de producto/servicio, y quienes serían tus clientes ideales. Bonus si logras definir un pricing tentativo y cuantificar la oportunidad –precio por número clientes potenciales, para mantenerlo simple–.

– «Validar, validar, validar»: Los emprendedores somos por naturaleza apasionados y un poco obsesivos, y cuando tenemos una idea que creemos genial, podemos enfocarnos en sacarla adelante sin importar nada. Pero, al fin y al cabo, un emprendimiento es un negocio, tiene que ser rentable y resolver una necesidad real de alguien para que funcione. Por esto, luego de tener más armada tu propuesta de valor, conversa con gente o empresas que podrían ser tus clientes para ver si comprarían tu idea. Usa rangos de precios para saber si realmente pagarían por tu solución. La gente tiende a no decir que no a una idea para no desanimar, pero al momento de ponerle precio a la solución, podrás saber si realmente solucionas un dolor.

– «Lanza un MVP que te de vergüenza»: Así como lees. La primera versión de tu solución tiene que ser realmente un «Minimum Viable Product» –MVP–. ¿Qué es este concepto «gringo»? Simplemente una primera versión de tu producto que cumpla con las funcionalidades básicas que ofreces. No trates de tener algo perfecto que esté a la altura de los softwares que llevan 10 años en el mercado y del que te sientas orgulloso, lo más importante es tener algo que vender y rápido.

– «Cuéntale a todo el mundo«: No de cómo las estás rompiendo como founder o todas las charlas de YCombinator que has visto, sino de tu producto. Sal a buscar clientes como loco. Déjalo todo en la cancha. Acá hay varias formas de hacerlo, dependiendo de si tus clientes son empresas (B2B) o personas naturales (B2C). Recomiendo leer los libros de Alex Hormozi, 100 million leds y 100 million offers para B2B  y el blog de gong.  No trates de inventar la rueda –aunque aplicarle creatividad ayuda–, hay muchísimos cursos, artículos y mentores que te pueden ayudar a crear una gran estrategia de marketing.

– Cómo dijo Ross: «pivot, pivot , pivot»: El último paso no es realmente el último, porque, malas noticias, una startup NUNCA está lista. Siempre hay que mejorarla, sacar nuevas versiones, llegar a nuevos mercados y resolver nuevos problemas. Mi consejo para saber hacia dónde ir es escuchar a los clientes. Habla con cualquiera que compre tu producto o servicio, pregúntale cómo podría mejorar o qué funcionalidad le gustaría que tuviera, luego mide. Con cualquier estrategia o cambio que hagas, no sabrás si funciona a menos que tengas datos cuantitativos y cualitativos sobre si los clientes lo valoran y están dispuestos a pagar por él. Con esta data, decide en dónde enfocar tus esfuerzos, porque cómo dijo el economista Lionel Robbins: «Las necesidades son infinitas y los recursos limitados». El mercado y las necesidades deben ser tu guía, pero recuerda no perder tu visión y sobre todo, perseverar y disfrutar el camino.