Hay un tema que está en el centro de todas las agendas en el mundo. Todos los días ocupa primeras planas en medios, se habla en la mayoría de eventos empresariales a nivel global, además está siendo regulado por la mayoría de gobiernos en el mundo, marcando el futuro de los mercados, las regulaciones y las economías. Pero frente al cual muchas startups parecieran en negación.

La sostenibilidad es la gran agenda de vanguardia que está transformando a empresas de todos los tamaños y sectores, las cuales casi que en una feroz competencia por sellos, certificaciones y reconocimientos de sostenibilidad están buscando diferenciarse como líderes del mercado. En más del 90% de los países en el mundo se está desarrollando una regulación que requiere la adopción de prácticas sostenibles. En el mercado de capitales, la mayoría de inversionistas institucionales ya están obligados por regulación a considerar criterios de sostenibilidad en sus análisis de inversión, y la mayoría de bolsas de valores han establecido requisitos obligatorios de sostenibilidad para empresas listadas. ¿Qué les hace pensar a las startups que este no es un tema que les aplique? ¿Cuánto tiempo más podrán seguir en negación?

Aunque la sostenibilidad está transformando la agenda empresarial en el mundo, algunas startups continúan subestimando su relevancia para el éxito de sus negocios. Muchos founders aún la ven como un tema exclusivo para el nicho de impacto, o como un tema del que deberán ocuparse en etapas posteriores. Esos mitos erróneos y la falta de comprensión sobre sostenibilidad, como también su aplicación estratégica a los negocios, está dejando a las startups de Latinoamérica rezagadas frente a sus competidores en Europa y Estados Unidos, donde estas discusiones avanzan de manera acelerada.

Para las startups B2C, es crucial comprender que los consumidores están buscando marcas comprometidas con el planeta y las futuras generaciones. El índice del Consumidor del Futuro de EY muestra que 8 de cada 10 consumidores prefieren marcas sostenibles, mientras que el 90% de esos consumidores están dispuestos a pagar más por productos y servicios de empresas con prácticas ambientales y sociales sólidas. Así que la sostenibilidad es un elemento diferenciador en mercados cada vez más exigentes.

Para las startups B2B, cumplir con los requerimientos de sus clientes y tener una oferta de valor especial es esencial. La mayoría de grandes empresas están obligadas por regulaciones y/o por sus inversionistas a tener prácticas sostenibles internamente y en sus cadenas de valor. Por esto están exigiendo a sus proveedores y contratistas que tengan unas prácticas mínimas que se alineen con sus propias prácticas de sostenibilidad. Así que para dicho sector, no solo es un diferenciador, sino cada vez más un requisito mínimo para hacer negocios con otras empresas.

En este nuevo contexto empresarial en el que la sostenibilidad más que una nueva preferencia de los consumidores y clientes se ha convertido en un criterio fundamental para evaluar el valor empresarial, las startups tienen dos opciones: esperar a que la regulación, los clientes o inversionistas, los obliguen a actuar o posicionarse proactivamente en el mercado. Esa será la diferencia entre liderar o ser liderado.