El financiamiento siempre ha sido un desafío importante para las startups. Quizás el más relevante para poder mantener la operación y proyectar los sueños de crecimiento de la compañía. El 2023 fue un año difícil en este ámbito. Según datos de Cuántico, empresa de investigación y difusión de Venture Capital en la región, la inversión total en Latinoamérica se contrajo a US$ 2,78 mil millones, lo que significa un decrecimiento de un 65% respecto a 2022, la cifra más baja en el último lustro.

Venciendo este escenario desafiante, la compañía que lidero logró levantar una ronda de inversión serie A por US$13 millones, la cual es la segunda más grande de la región en una empresa fundada y dirigida por una mujer, además de ser la primera vez que PayPal Ventures invierte en una empresa con fundación femenina en Latinoamérica.

En la región un 35% de las startups han sido fundadas por mujeres, mientras que el promedio mundial es de sólo un 7%, según datos de TwelveHundred. Esto nos pone a la vanguardia, pero aún con mucho por avanzar en eliminar la brecha de género. Por ejemplo, solo el 2% de las mujeres que fundamos startups recibimos financiamiento. Es importante destacar que no se trata solo de quien funda la empresa, sino quien sale en búsqueda de capital y a vender el producto.

En muchas empresas creadas por mujeres vemos que el encargado de ese proceso es habitualmente un hombre, por las mayores barreras, sesgos y dificultades que nosotras enfrentamos al buscar financiamiento. Para cambiar este paradigma, necesitamos más rondas como la mencionada anteriormente y referentes que inspiren a las profesionales del futuro a liderar situaciones en las que históricamente hemos sido relegadas.

Cuando fundamos una empresa, está en parte de ella la visión del mundo que queremos construir. Las disparidades que reflejan las estadísticas a la hora de cerrar una ronda de financiamiento son clave para seguir trabajando interna y externamente en crear un ecosistema en donde el talento y el potencial sean los únicos criterios a la hora de tomar decisiones, dejando de lado cualquier sesgo de género. Todo esto, sin perder de vista que lo esencial no es el género de quien funda la compañía, sino que el hecho de tener un producto innovador y que solucione una necesidad real del mercado para poder trascender.

En el camino que me viene por delante como líder de una empresa que busca convertirse en el próximo unicornio de Latinoamérica, poder dar un impulso a las mujeres en cargos directivos, predicando con el ejemplo, se hace una prioridad de cara al crecimiento con propósito de nuestra compañía y a la impronta que queremos imprimir al ecosistema fintech de la región, demostrando que no hay razón más allá del prejuicio para limitar los roles por género, incluso a la hora de buscar financiamiento.