- Kiggu nació para democratizar la ciberseguridad ofensiva: una startup creada por hackers, con tecnología automatizada, precios justos y la misión de proteger a empresas de todos los tamaños.
Jairo García, uno de los hackers más reconocidos de Latinoamérica, enfrentó una pausa obligada en su carrera tras una crisis de túnel carpiano en ambas manos. Pero lo que parecía un obstáculo terminó siendo el inicio de algo mucho más grande: la automatización de su propio trabajo como hacker, asi nació Kiggu.
“Lo que más me gustaba en la vida era hackear, pero mis manos dijeron basta. Así nació la idea de crear una herramienta que hiciera lo que yo ya sabía hacer… pero sin usar el teclado”, cuenta Jairo.
Kiggu: Seguridad ofensiva para todos
Con ese impulso se creo Kiggu, una startup con una meta clara: llevar la ciberseguridad ofensiva –la que simula ataques para encontrar vulnerabilidades reales– a todas las empresas, sin importar su tamaño o presupuesto.
Junto a David Serrano, empresario colombiano, lanzaron una plataforma pensada para empresas que normalmente quedan fuera del radar de los grandes servicios de ciberseguridad. “Muchas compañías no es que no quieran invertir en seguridad digital, simplemente no encuentran algo que puedan pagar o que entiendan fácilmente”, dice David.
El corazón de la startup: un hacker 24/7
El producto estrella de la empresa es Kiggu Pro, un hacker automatizado que detecta, explota y reporta vulnerabilidades sin descanso. Suena técnico, pero es brutalmente simple para el usuario.
“Kiggu Pro hace lo que haría un equipo completo de hackers en una consultoría… pero lo hace solo, a cualquier hora, y sin café”, bromea Jairo. “Nuestros clientes no necesitan ser expertos, ni leer manuales interminables. En minutos ya están protegiendo su negocio”.
Un modelo accesible y escalable
Kiggu combina soluciones SaaS (software como servicio) con consultorías especializadas para clientes con necesidades más avanzadas. Los planes arrancan desde 300 dólares mensuales, un precio disruptivo para un servicio de alto nivel.
La plataforma se diferencia por su interfaz fácil de usar, su enfoque “todo en uno” para ciberseguridad y un equipo disponible 24/7 con las más altas certificaciones.
Clientes de todos los tamaños (y rubros)
Desde peluquerías hasta gigantes del sector hidrocarburos y telecomunicaciones, Kiggu ha demostrado que la ciberseguridad no debe ser un privilegio de unos pocos. “Los ciberdelincuentes no discriminan. Si tienes tecnología, te pueden atacar”, enfatiza David.
La herramienta nació como una solución interna para hacer más eficientes a sus propios consultores. Pero fue tal el interés de los clientes, que decidieron lanzarla como producto. Y no se han detenido desde entonces.
Bootstrapped con visión global
Hasta ahora, Kiggu ha sido 100% bootstrapped, es decir, financiada con recursos propios. “Eso nos dio libertad para construir con convicción, sin presión por mostrar números rápidos. Queríamos ser rentables desde el día uno, y lo logramos”, explica Jairo.
Eso sí, no descartan levantar capital próximamente para acelerar su expansión global. Ya tienen presencia en Colombia y Perú, y están activando canales en EE.UU. y Europa.
El futuro es automatizado (y sin fronteras)
A corto plazo, el objetivo es consolidar el modelo actual, escalar con crecimiento orgánico y seguir robusteciendo la plataforma con nuevas funcionalidades.
Entre las mejoras que se vienen: capacidad para detectar vulnerabilidades en routers y dispositivos IoT, y un nuevo módulo que alerta sobre usuarios y contraseñas filtrados en la dark web.
“Queremos estar en el top of mind global”
“El cambio más difícil fue pasar de un modelo tradicional de consultoría a uno de producto global. Tuvimos que reaprender como equipo, cambiar el chip, diseñar con visión de escala”, cuenta Jairo. Pero ese esfuerzo hoy es parte de su ADN.
Con una visión clara de crecimiento, Kiggu apunta alto: “Queremos ser la plataforma de ciberseguridad ofensiva que cualquier empresa piense cuando hable de protección real. Desde Bogotá hasta Berlín”.