Cupersan, un procedimiento de uso tópico en base a cobre, ha demostrado en diversos centros de salud su efectividad a la hora de prevenir el daño que genera en las extremidades los casos más complejos de diabetes.

Aunque el grueso de las personas asocia a la diabetes a un sinnúmero de males e incomodidades, son sólo los especialistas -y cercanos a los afectados- los que miran con preocupación cuando esta condición alcanza niveles de gravedad, al punto de generar el infame “pié diabético”.

Para prevenir esta etapa, CuperScience desarrolló Cupersan Clean y Cupersan Gel, solución en base al metal rojo y otros ingredientes, para tratar estas complejas heridas que nació de la necesidad de generar nuevas herramientas que aporten a la lucha constante de enfermeras y médicos para evitar amputaciones.

“Pacientes que estaban destinados a ser amputados por la condición en la que se encontraban se han recuperado con mucha rapidez”, cuenta Lily Pacheco, enfermera del Hospital de Puerto Aysén que utiliza estos cupríferos productos en sus pacientes. 

“El tratamiento ha sido muy beneficioso, tanto en el costo para el paciente como también para el tiempo de curación pues se acortan los plazos. El beneficio es grandísimo”, agrega la especialista.

Cifras

Pacheco no está sola. Desde el lanzamiento de Cupersan, son varios los especialistas que han trabajado con estos productos. Se visitaron 105 comunas para dar a conocer su producto, donde se realizaron visitas a 324 centros de salud, 296 de ellos de carácter público.

Este trabajo le ha permitido ser una alternativa ideal para el control del pie diabético para más de 700 profesionales de la salud, que han atendido a más de 2.000 pacientes, en su gran mayoría con resultados positivos, con 165 de ellos a la fecha inscritos en un seguimiento clínico que corresponde a la serie de casos documentados más extensa que se ha realizado en nuestro país sobre heridas crónicas. (Actividad en desarrollo).

“Esta solución creada en Chile puede beneficiar a los pacientes con heridas crónicas y también al erario de salud, ya que la mayoría de los productos utilizados para la curación de heridas son importados”,  sostiene Rafael Méndez, CEO de CuperScience.

Con un protocolo de uso bien específico y un costo menor que el de otros productos existentes, el que la producción sea local facilita  su acceso a especialistas a lo largo de Chile.  

“En el Hospital de Puerto Aysén, que está lejos de la ciudad de Coyhaique y en invierno el acceso es muy difícil, se evita el traslado de pacientes a menos que sea realmente necesario. Tener un paciente hospitalizado por largo tiempo es un costo muy alto para el paciente, la familia y el equipo de salud tratante. Por ende, el beneficio de este tratamiento nos acorta los tiempos y se ve que  hay una acción positiva”, agrega Lily Pacheco.