Para quienes promovemos el mundo de operaciones legales, mayo es un mes que esperamos con ansias. ¿El motivo? Se lleva a cabo en Las Vegas, Estados Unidos, el CGI CLOC, un evento anual al que asisten los mayores referentes de esta disciplina y función dentro de la industria legal global. Como siempre, la asistencia es dominada por personas que provienen de mercados desarrollados, particularmente USA y Europa Central + UK, sin embargo, algunos latinos asisten.

Como viene siendo el tenor de los últimos meses, el mundo de Legal Ops sigue absorbido por la ola que trae consigo el boom de la inteligencia artificial generativa, el que se incrementa aún más con los lanzamientos diarios de todas las legaltech presentes en el exhibit hall sobre sus nuevos asistentes o copilotos fundados en esta tecnología. No muy distinto a lo que vimos a fines de enero en la Legaltech Week de Nueva York.

Con todo, hay algunas novedades que creo valen ciertamente la pena destacar y no son en el plano tecnológico, sino en el metodológico. Bien sabemos que los equipos legales hoy tienen cinco grandes prioridades, cuestión que se refuerza con los datos revelados por el reciente reporte 2024 CLO Outlook publicado por la American Corporate Counsel Association. Esas prioridades se enmarcan en:

  • Regulación cada día más compleja, de la mano con autoridades fiscalizadoras cada vez más restrictivas.
  • La presión habitual de que, en ambientes restrictivos y economías alicaídas, los recursos son escasos y se pide siempre hacer más con menos.
  • La necesidad, como consecuencia de ello, de buscar eficiencias operacionales relevantes.
  • La respuesta natural a esa necesidad que se busca en la implementación de tecnología, sin tener tan claro qué implementar y cómo hacerlo de forma exitosa.
  • El ruido permanente que genera en las líneas directivas de no quedarse atrás en la adopción de la inteligencia artificial generativa como una aparente solución al contexto manifestado en las anteriores prioridades.

    Sin embargo, gran parte de estas prioridades exigen un esfuerzo inicial que no radica en la solución supuestamente fácil que encuentra su expresión en la tecnología. No, la respuesta a estas problemáticas radica en la metodología, algo no tan sexy, no tan rápido, que exige trabajo duro, tiempo de madurez y cambios conductuales en los equipos y organizaciones.

    Precisamente por ello, es que las dos novedades que destaco de esta instancia inundada de novedades tech, es precisamente lo no tech, aquello que quizás no vende tanto y que muchos prefieren tratar de evitar. Lo cierto, es que tras 10 años apoyando proyectos de operaciones legales en Latinoamérica, puedo afirmar con certeza, de que nada tech resulta bien si no nos damos cuenta que es aquello no tech lo primero a trabajar.

    Así, el renovado y actualizado modelo de madurez CLOC de 12 áreas fue revelado con bombos y platillos el 1 de mayo, en donde se ha dado además acceso a un test y playbook que permite autoevaluar, y definir estrategias concretas sobre los avances de operaciones legales. Uno de esos elementos es la tecnología, pero hay 11 que van mucho más a la raíz de los procesos, las relaciones, la comunicación y aspectos de aquellos que parecen no ser tan llamativos como hablar de tech o inteligencia artificial.

    Para quienes trabajamos apoyando en la implementación de proyectos de operaciones legales en organizaciones, este recurso es valioso, toda vez que sigue requiriendo de tiempo para trabajar sobre él, y concretamente, es ese tiempo el que invertimos y ofrecemos los que entregamos una solución como servicio en esta materia.

    La segunda novedad y que también me alegra haya tenido origen en un grupo de trabajo vinculado con CLOC, es la iniciativa de «Legal Data Intelligence Model». Este proyecto hace disponible, de forma gratuita, un modelo para poder enfrentar ordenadamente distintos desafíos en la gestión de información y data, siendo una correcta aproximación hacia una de las bases más importantes de cualquier iniciativa de operaciones legales. Sin información no hay tecnología que sirva ni actividades en operaciones legales que puedan ser ejecutadas de forma exitosa y con impacto positivo.

    En definitiva, el mensaje a quien lea esta columna, es que no debe olvidar lo fundamental que resulta trabajar aspectos no tech previo a caer en la tentación de lo tech.