La digitalización ya forma parte del día a día. Desde abrir una cuenta bancaria hasta rentar un departamento, verificar la identidad de una persona o empresa se ha convertido en una tarea crítica, tanto para individuos como para compañías.

En este contexto, Nufi, una startup fundada en Monterrey por Ilich Nuñez y Hans Villa, está apostando fuerte por transformar la manera en que se hacen estas verificaciones. Su propuesta: una plataforma que permita validar identidades en menos de cinco minutos, de forma segura y confiable.

Nufi es una plataforma que te permite validar la identidad de cualquier persona o empresa en México en menos de cinco minutos, para que tomes una decisión de si confías o no”, explicó Hans Villa, CEO y cofundador, en conversación con un medio digital.

Ronda semilla en tiempos complejos

En plena desaceleración del venture capital en México —con una caída de más del 90% en enero, según TTR Data—, Nufi logró cerrar una ronda semilla por US$ 1.5 millones.

La inversión fue liderada por GPCompas y Magma Partners, y contó con el respaldo de Semilla Ventures, Ganas Ventures, Techstars Follow Up Fund, AngelHub y varios inversionistas ángeles. No solo es una inyección de capital, también es un voto de confianza en su modelo de negocio y en la tecnología detrás de su plataforma.

Esta ronda adicional nos permite acelerar lo que ya venimos construyendo: tecnología de punta para validar personas y empresas en menos de cinco minutos”, señaló Villa.

¿A dónde va Nufi con estos fondos?

El capital fresco permitirá a la startup expandir su cobertura a nivel nacional y mejorar sus productos, especialmente aquellos enfocados en procesamiento de documentos y registro de empresas.

La meta es ambiciosa: construir una identidad digital segura, ágil y universal que funcione para todo México. Actualmente, Nufi trabaja con empresas de sectores como recursos humanos, inmobiliarias, fintechs y áreas de alta de proveedores, resolviendo preguntas clave como: ¿Debo otorgar un crédito? ¿Es seguro firmar este contrato?.

El caso de Nufi demuestra que aún en contextos adversos, el capital encuentra a quienes resuelven problemas reales con tecnología funcional.