La industria fintech en Latinoamérica sigue evolucionando rápidamente, y a menos de un mes para cerrar 2024, los expertos ya analizan los resultados del ecosistema. Aunque el número de inversiones ha disminuido este año, el volumen de financiación ha experimentado un notable aumento. Según datos de Pitchbook, en 2024 se invirtieron US$2.600 millones en 174 acuerdos, en comparación con los US$1.500 millones de 2023, lo que refleja un crecimiento del 73% en el volumen total de inversión.

Andrés Cano, cofundador y managing partner de Pygma, explica que «se ha evidenciado un cambio hacia inversiones más selectivas, priorizando calidad sobre cantidad«. Asimismo, destaca un mayor enfoque en equipos eficientes y modelos B2B, especialmente en pagos e infraestructura financiera. Este cambio en el perfil de los inversores está impulsado por un entorno económico global más cauteloso, pero también por un mayor interés en soluciones que resuelvan problemas financieros de manera más efectiva.

Progresos regulatorios y nuevos desafíos

El panorama fintech también ha experimentado avances regulatorios significativos. En Chile, la Ley Fintech, implementada este año, ha promovido los pagos interoperables y las finanzas abiertas. Además, en Colombia, las regulaciones sobre pagos instantáneos y los sandbox regulatorios han permitido a las fintech innovar de manera controlada. «Las fintech han jugado un papel clave en cerrar brechas financieras en la región, que cuenta con una gran población no bancarizada o sub-bancarizada«, menciona Daniel Ospina, cofundador de Pygma.

Sin embargo, a pesar de estos avances, los expertos resaltan que aún existen desafíos para 2025. Cano y Ospina coinciden en la necesidad de crear marcos regulatorios más uniformes en la región que faciliten la expansión de las fintech. «La relación entre reguladores y fintech en Latinoamérica está avanzando, pero necesita más agilidad y armonización para desbloquear todo el potencial del sector. Con marcos regulatorios claros y colaborativos, la región puede convertirse en un líder global en innovación financiera y bancarización», plantea Cano. Agrega que también es necesario fomentar la creación de nuevos sandboxes regulatorios y hubs de innovación para probar las nuevas tecnologías.

Proyecciones para 2025: el futuro de las fintech en Latam

De cara a 2025, las proyecciones son optimistas. Muchos de los actores principales del ecosistema fintech en Latam están planeando diversificar sus servicios y expandirse más allá de sus mercados locales. Ospina resalta el impacto de nuevas tecnologías como blockchain, open finance y APIs, que facilitarán una mayor conectividad y una interoperabilidad más efectiva del sistema financiero. «Lo mejor está por venir. Con las nuevas infraestructuras, podemos esperar mayor inclusión financiera, lo que transformará aún más el panorama en nuestra región», concluye.