En un escenario globalizado y de interconexión de mercados, las startups chilenas están ganando prominencia más allá de nuestras fronteras. Su expansión en Latinoamérica, especialmente en países como Perú y Colombia, destaca como un fenómeno notable.

Lo que resulta aún más notable es la cálida recepción que las startups nacionales han experimentado en esos mercados. Algo que, en ZeroQ, hemos vivido en carne propia. Por ejemplo, en un reciente encuentro con emprendedores de Perú pude constatar cuánto se valora la seriedad con la que asumimos desafíos tecnológicos, la capacidad para ofrecer productos innovadores y aptitud para un crecimiento acelerado.

A lo largo de la región, las startups nacionales se han ganado una reputación de ser capaces de abordar problemas tecnológicos aún no resueltos, proporcionando soluciones a desafíos persistentes y presentando tecnologías novedosas que marcan pauta en el extranjero, abriendo el camino para quienes venimos después y para las que vendrán. El informe «Latam Startup Ecosystem Map 2023» de la consultora Dealroom arroja luz sobre este fenómeno, revelando que Chile lidera en la región, en términos de startups con presencia en otros países.

El éxito de las startups chilenas en su internacionalización hacia otros mercados latinoamericanos, no es únicamente testimonio del ingenio empresarial, sino también una señal clara del potencial que tenemos para mejorar y transformar los desafíos tecnológicos en la región. La seriedad, innovación y proactividad que las caracterizan, han consolidado a Chile como referente en el ecosistema regional y líder en la expansión internacional de sus startups.

Por otra parte, la llegada a otros países permite además un intercambio cultural fructífero, pudiendo conectar, compartir y aprender de otros emprendimientos, que están cambiando la forma de hacer negocios, con un alto impacto social y económico, y a su vez vanguardista. La internacionalización no sólo impulsa el crecimiento económico de estas empresas, sino que también contribuye al intercambio de conocimientos y tecnologías, lo que termina fortaleciendo la posición de Chile como un actor clave en la escena global de la innovación.