La experta en capital emprendedor conversó en detalle con Startups Chilenas y repasó su rol en la creación de la industria regional y describió cómo debe ser este nuevo vehículo de inversión que se busca levantar a nivel local.

Lo primero que se observa al entrar a su perfil de Linkedin es un «América Latina» que se desprende de lo alto de su página como si fuera un letrero de bienvenida, y esa frase no solo toma presencia en su red social, sino que es «apellido» de todas las actividades que Susana García-Robles ha tenido desde hace ya más de 20 años, cuando empezó a construir el ecosistema de venture capital o «capital emprendedor» -como a ella le gusta llamarlo- de Latam.

Fue en Estados Unidos, país en el que García-Robles vive hace más de dos décadas, desde donde comenzó a generar los primeros trazos de lo que luego se convertiría en la industria de venture capital de Latinoamérica, específicamente en su paso por el Fondo Multilateral de Inversiones (ahora BID Lab), en donde durante sus 21 años de trabajo comenzó a profetizar el impacto de este tipo de activos y apoyar a los primeros fondos de la región.

«Queríamos probar y crear una industria local, hacer una venture capital industry competitiva y local, nos enfocamos mucho en apoyar a first time fund managers, hoy los mejores van por su tercer o cuarto fondo. En los 21 años que estuve hicimos inversiones en 90 fondos y para llegar a esto estudiamos miles, nos dimos cuenta de lo que funcionaba y lo que no (…) La lección que aprendí es que había que levantar el ecosistema y al mismo tiempo invertir. Las ‘metidas de pata’ de los inversores o emprenderos nos daban ‘comida’ para mejorar los errores, y al hacer esto aumentaban las posibilidades de tener buen retorno en los fondos», detalla la experta sobre sus años en el FOMIN.

En paralelo a este trabajo García-Robles comenzó a sembrar las que luego se convertirían en las primeras asociaciones gremiales de venture capital de diferentes países y tiempo después se convirtió en board member de LAVCA, organización sin fines de lucro dedicada a apoyar el crecimiento del capital privado en América Latina y el Caribe. Sumado a esto, desde marzo del año pasado aterrizó en Capria, fondo internacional que invierte en diversos vehículos de inversión del mundo.

«Los impactos del venture capital son importantes. Por un lado los de retorno financiero, sin esto los otros impactos son pasajeros. Hicimos un estudio en que vimos que por cada US$ 1 dólar invertido por el FOMIN se había logrado entre US$ 4,4 dólares y US$6,4 dólares sociales, medidos en la creación de trabajos, oportunidades laborales para mujeres, temas medioambientales, seguridad laboral y el PIB», relata.

A partir de este know-how García-Robles se ha convertido en un referente de la industria y hoy, tras años de fomentar el nacimiento de fondos y conocimiento del sector, está ampliando su cruzada a un siguiente paso que plantea debe dar el venture capital de Latam: el nacimiento de fondos de fondos.

Y esta iniciativa, que se define como un fondo en el que a su vez invierten otros fondos, cobraría especial relevancia en Chile ya que permitiría que esta industria explote y que más startups locales accedan a financiamiento local, algo que no sucede actualmente debido al pequeño tamaño de los fondos, una de las mayores brechas para los emprendedores y el ecosistema startup identificada en un reciente estudio de Endeavor, organismo que la semana pasada realizó un conversatorio en el que García-Robles participó. «Me daría pena que Chile no tuviera un fondo de fondos, ha tenido un rol importante, pero Chile tiene que innovar en los instrumentos que ofrece», señala la experta.

Con el objetivo de conocer en detalle su visión de la industria local y sus argumentos sobre la creación del fondo de fondos, en Startups Chilenas nos reunimos con ella en una entrevista en la que destacó el rol de Corfo y Start-Up Chile, la importancia de dar a conocer los casos de éxito para atraer los ojos de inversionistas privados y traccionar el capital, y el rol clave de los emprendedores para tener sociedades más equitativas.

«Es la primera vez que los emprendedores latinoamericanos pueden escoger a quién van a incorporar en su tabla de capitalización, antes el emprendedor, como no tenía muchas opciones, tenía que aceptar al que le pusiera el dolar frente a sus ojos (…) Los emprendedores se han tenido que ajustar el cinturón muchísimo, cuando se conviertan en empresarios van a tener más empatía de cómo lograr una sociedad más justa, con riquezas distribuidas, no por apellidos o en pocas familias», asegura García-Robles.

-¿La entrada de NotCo al club mundial de «unicornios» es una señal más de que Chile está en un momento crucial para crear un fondo de fondos?

Algo que pasará, quizás parecido a los de Rappi, es el sabor amargo de que NotCo consiguió validación y dinero de otros y no de chilenos, eso es lo que pasa cuando se tiene un país que no ha tenido tantas crisis y cuando le inversionistas prefieren invertir en ladrillos y no en startups. El que hoy se haya convertido en un «unicornio» hace pensar a un monto de actores chilenos, como family offices que dicen «no me puedo perder apoyar la innovación de mi propio país». El hecho de que en tan poco tiempo se haya tenido dos «unicornios» va a ayudar mucho a que los inversores locales se den cuenta que ellos van a perder si no apuestan por el emprendiendo chileno.

Este momento es importante, creo que si seguimos teniendo «fonditos» de US$ 5 millones o US$ 10 millones la industria de venture capital no se consolidara, Chile tiene fondos de VC, pero no fondos con «mayúscula», es una grande deuda que tienen. La industria se consolidará cuando se tengan vehículos que sean ambiciosos. Lo bueno del momento de Chile es que hay fondos del resto del mundo muy interesados en compañías chilenas

-Usted ha enfatizado que este fondo de fondos debe ser público privado, ¿por qué?

-Hay que mirar el ejemplo del fondo de fondos de México, que es muy bueno. La parte pública es la que tiene la mayor cantidad del dinero puesta en el fondo, pero la parte de administración se la dieron a un gestor de fondo profesional que ya tenia experiencia. En Chile Corfo tiene mucha experiencia, pero no es un gestor profesional. Se podría hacer una licitación para que fondos de fondos, ya sean regionales o globales, puedan decir «yo puedo trabajar con ustedes para desembolsar US$ 400 millones o US$ 200 millones en cinco años para un numero x de fondos». Así, desde el comienzo del fondo de fondos ya va a existir una gobernanza, con las mejores prácticas internacionales. Esto sería mejor que pasar por una curva de aprendizaje.

-¿Cuál debe ser el rol del Estado al involucrarse de forma más activa?

Tiene que ser un rol catalítico, animar y arrastrar a los otros. Hoy en Chile el inversor privado debería estar mirando lo que pasa y no debería ser realmente arrastrado por el Estado, debería empezar a caminar por si solo porque ya hay evidencia sustentada. Yo comparo el rol del Estado con el de las multilaterales, nosotros como FOMIN cuando entramos eramos super catalíticos, decíamos «vamos a empujar a uno o dos privados hasta tener una buena ganancia para que vengan mas».

Nosotros pasamos de tener 50% de ownership en los fondos el los que invertíamos, a tener entre 5% a 10% y esa siempre fue la idea, no sentíamos que nos estaban quitando «cancha», queríamos que los privados nos la quitaran. Me parece que hoy es un punto de inflexión para Corfo, que ha estado tanto tiempo en la escena. Se que deben llevar el proyecto al Congreso, pero si pueden lograr el fondo de fondos, va a haber un antes y después. En este momento lo que se necesita es un fondo de fondos.

-¿Cómo atraer a que fondos internacionales inviertan en el fondo de fondo de Chile?

Si las historias traspasan las barreras, los fondos vienen solos. Pedidos Ya en su momento no tenía acceso, por ejemplo, a un Tiger Global, pero Kaszek Ventures le puso la ficha y luego Tiger Global lo vio. Esto sigue pasando, no me llamaría la atención que un Softbank quiera meterse más. En el periodismo se debe hablar de estos temas y que estos a su vez sean levantado por medios internacionales, como TechCrunch, porque eso es lo que los inversiones miran.

-¿Cómo ha sido la experiencia de Capria?

-En Chile invertimos en Fen Ventures, estamos contentos que haya una partner en México y que Cristóbal Silva (managing partner) esté en Miami. Como Capria creemos que hay una tesis de global south. Cuando uno mira a los emerging markets en Latam, África, Medio Oriente, India y el Sudeste Asiático, hay muchas cosas similares, por ejemplo, muchos «unicornios» in the making y también habitantes jóvenes. Esto último es super importante para la inversión porque ellos nacen con una familiaridad con la tecnología y se frustran mas rápido que la gente más adulta, por lo que convierten los desafíos en posibilidades.

-¿Deberían existir una iniciativa que involucre a otros fondos a nivel regional de Latam?

-Se debe flexibilizar a algo que no sea solo de Chile para Chile. Hacer que el corredor de la Alianza del Pacífico (iniciativa de integración regional​ conformada por cuatro países miembros: Chile, Colombia, México y Perú) se fortalezca cada vez mas como un business proposition. Veo un interés de estos cuatro países de hacer crecer compañías a lo largo de este eje, eventualmente Chile debe comenzar a mirar otro países, también Asia.

En México, por ejemplo, comenzaron a invertir en su país, pero luego se dieron cuenta de que el emprendimiento se beneficia de una fertilización cruzada, ahí empezaron a dejar un monto para hacer sinergias a través de la región. Si Chile entiende eso se puede volver un gran líder de esa regionalización, eso hace que haya menos «fuga de cerebros», como la gente ya está interactuando, se puede trabajar desde Chile. El que un fondo de fondos ponga dinero público en otros lugares, es una fertilización cruzada de experiencias, lecciones aprendidas y se planta una bandera chilena en otros lugares.