El proceso de transición de una startup a una empresa más madura es un desafío que emociona a todo founder. A medida que los emprendimientos crecen y evolucionan, surge la pregunta: ¿cuándo dejan de ser una startup? Y ese es un enigma que todos los emprendedores deben resolver a medida que avanzan en su viaje empresarial.

La realidad es que estas empresas iniciales, tan codiciadas por los inversores y que están tan en auge en esta década, en algún momento tienen que crecer y dejan de ser aquella compañía de emprendedores para convertirse y pasar a una escala aún más grande. Según un informe de la firma de investigación de mercado CB Insights, en promedio, una startup tarda alrededor de siete a 10 años en alcanzar la etapa de empresa consolidada. Este período puede ser más corto o más largo según el sector y la región.

«Existe un periodo de crecimiento que es parte de ser una startup, en el que se está en un modo en el que hay equipos de líderes formándose y, obviamente, una necesidad de perseguir cierto objetivo financiero», explica Agustin Linenberg, cofounder de Aerolab y Aerolab Ventures y agrega: «Luego hay un estadio de inauguración donde vas a ser una pequeña empresa que es madura, que ya tiene procesos, que ya tiene un balance contable o una facturación más previsible, que tiene de alguna manera un fit a nivel mercado y entiende qué propósito o qué soluciona en un mercado más definido».

«Si el emprendimiento no crece, seguramente hay uno o varios motivos. Sea cual sea, si no hace un pivot o trata de sortear sus dificultades, las compañías que no crecen suelen perder su valor y atractivo, tanto para los inversionistas como para el talento que seguramente busque nuevos contextos en donde desarrollarse», señala María Julia Bearzi, directora ejecutiva en Endeavor Argentina, que aclara que existe una diferencia entre ser una startup por la cultura interna.

«Se puede serlo en la manera de trabajar, en los valores, la agilidad y en que no se pierda la esencia en la ejecución, pero no serlo desde lo financiero, procesos, autonomía y liderazgo», agrega Linenberg.

Las señales

Y si bien no existe un punto de corte claro y la transición puede ser gradual y variar según las circunstancias de cada empresa, dice Bearzi, estás son algunas señales de que una startup está avanzando hacia una empresa más consolidada.

Por ejemplo, la base de clientes establecida es una de las claves en este viaje de crecimiento. «Como startup superas el estadio inicial cuando logras tener una cartera de usuarios que confía en vos, con un índice de satisfacción positivo. Esto implica que los clientes no solo están comprando el producto o servicio, sino que también están proporcionando retroalimentación valiosa y contribuyendo al boca a boca positivo», indica Judith Irusta, chief operating y people officer en Quales Group.

Asimismo, su atractivo para recibir inversión. Según PitchBook, las startups pasan por un promedio de 2.7 rondas de financiamiento antes de considerarse empresas consolidadas; es decir que todas tienen la necesidad de inversiones sucesivas para impulsar el crecimiento, la innovación y la expansión. Además, cada ronda de financiamiento no solo proporciona capital sino también validación externa. A medida que una startup atrae a inversores en etapas posteriores, demuestra su potencial y su capacidad para abordar desafíos críticos, lo que contribuye a su reputación y credibilidad en el mercado.

Cómo viven las startups este proceso

Quales Group se encontró con un crecimiento que los hizo dar el siguiente paso y algunas medidas que concretaron para la transición fueron el establecer procesos y procedimientos más formales, poner ojo en la comunicación clara de la cultura organizacional y plantear un enfoque a largo plazo para poder desarrollar estrategias más consolidadas para poder expandir el negocio.

En el caso de Aerolab, Linenberg cuenta que empezó a apostar por armar un sistema de líderes y de autonomía de los procesos, en el que él como fundador y CEO no tuviera que estar tan involucrado en el día a día y en lo táctico, pero sí en la estrategia. «No necesariamente el equipo que lo llevó hasta ese lugar es el que necesita para hacer frente al siguiente salto de crecimiento», destaca Bearzi y subraya: «A medida que una empresa escala, debe comenzar a evolucionar su cultura hacia una que se enfoque más en la ejecución. En esencia, un fundador probablemente deba contratar talento con otras características».