Además, el primer índice de Actitud Innovadora y Emprendedora realizado en el país, revela que las redes, colaboración y la experimentación, son otras de las barreras.

La versión 2023 del índice de Actitud Innovadora y Emprendedora en los chilenos, realizado por ForoInnovación y Feedback Research, se acaba de dar a conocer. La iniciativa, que tiene como objetivo monitorear la evolución de la predisposición innovadoras en el ecosistema emprendedor del país y encaminar políticas públicas, cuenta con la colaboración de más de 60 organizaciones representantes de la academia, mundo público y ligadas al ecosistema de innovación y emprendimiento, con el fin de darle validez al estudio.

“El objetivo es revelar cuales son los precursores que generan el espíritu innovador y usar esos insumos para que el Estado incorpore medidas que mejoren la actitud innovadora en las personas. (..) Esta es una tarea enorme, de largo aliento y que debe focalizarse principalmente en la preparación y capacitación del capital humano a través de políticas públicas“, asegura Guillermo Carey, presidente de ForoInnovación.

Con más de 7.000 encuestas a mujeres y hombres mayores a 18 años a lo largo de todo el territorio chileno, el análisis entregó que en una escala de 1 a 100, el índice de actitud innovadora y emprendedora es de 63.7. Junto con eso, señala que existen tres dimensiones: cognitivo o cómo se aparente; valóricos, aquellas cualidades que permiten innovar y emprender; y relacionamiento.

Principales obstáculos

El estudio revela que en términos relacionales es donde existen las principales barreras para innovar. En ese sentido, los aspectos más débiles en términos de cumplimiento son la construcción de confianza (54 puntos), la generación de redes (51 puntos) y la colaboración con 44, esta última es la más alarmante.

Justamente, para Carey, un aspecto fundamental es la confianza y fomentar aquella. “Hay mucha desconfianza en las alianzas público-privadas y en nuestra sociedad en general. Chile se ha polarizado mucho últimamente y el clima de desconfianza hace que el emprendimiento sea cada vez más difícil. Mejorar esto es una tarea de todos”, asegura.

Por otro lado, se determina que el hecho de tener mayor nivel de estudios eleva 6 puntos el índice de innovación general, lo que hace necesario fomentar una educación temprana. Aun así, se expresa que los emprendedores tienen un indicador de innovación más alto que las grandes empresas, mostrando amplia diferencia en la temática “propensión al riesgo”. Finalmente, Guillermo Carey manifiesta que “el talento innovador hace la diferencia. Debemos aprender a innovar cuando podemos equivocarnos, tomar riesgos cuando el fracaso nos permite aprender“.