Fuente: Punto de partida – DF.cl

En marzo del 2020, al inicio de la pandemia, Andrés Pesce renunció a Fundación Chile para asumir como gerente general de Kayyak Ventures, el entonces nuevo fondo de capital de riesgo de los hermanos Ibáñez-Atkinson, hijos del empresario Felipe Ibáñez. “Kayyak es la iniciativa privada de capital de riesgo más importante de la historia de Chile. Queremos hacer un aporte al ecosistema, porque después de lo que ha hecho Corfo por 10 años se esperaba que aparecieran fondos grandes privados y no había sucedido”, reflexiona Pesce.

Él conocía desde el inicio la historia de F4F y fue él quien les dijo que su empresa ya tenía un producto con demanda y tecnología probada y que era hora de entrar a la fase de escalamiento. “Este caso representa bien qué tipo de emprendimientos queremos ayudar a escalar. Y además nos gusta hacerlo con otros, co-invertir con otros inversionistas, compartir nuestra tesis”, relata.

Kayyak organizó y lideró el deal: hizo due diligence, los términos de contrato y fue puente entre los emprendedores y los inversionistas. Los socios de F4F ya habían contado lo que hacían a varios family office, entonces, dice Pesce, “nosotros reactivamos esas conversaciones”. Así entraron, además de Ibáñez, Andrónico Luksic, Patricia Angelini, la familia Lepe y los Yaconi. No revelan cuánto puso cuál, ni el porcentaje que adquirieron de la firma. Pero sí asegura que no es superior al 50%.

«El capital de riesgo no debe controlar, porque transformas al emprendedor en empleado. Y nosotros no tenemos ni el conocimiento ni la energía. El talento es más escaso que el capital. Uno está al servicio del emprendedor, porque si fracasa, fracasa con todo. Y el capital de riesgo habilita a esa persona para tomar riesgo. La idea es que pierda y vuelva a empezar, y si gana, que gane 100, y el inversionista 10. Es asimétrico en cuanto a la cantidad de plata q se pone. Es un cambio de mentalidad bien desafiante para las industrias tradicionales donde hay muchas murallas feudales gruesas que uno se topa a veces”, advierte.

Y retoma: «Estos son los primeros brotes de una industria de capital de riesgo en que los privados sean inversionistas. La idea es que ahora las AFP se metan al juego, que tengan fondos de impacto. Es ahí donde va a despegar el capital de riesgo en Chile”.

Según cuenta el gerente de Kayyak, los ejecutivos de los family office visitaron la planta de F4F en Talca en noviembre. ¿Qué les gustó de este emprendimiento? “Si vamos a ser 9 billones de personas en el mundo al 2050 y seguimos comiendo, moviéndonos de la misma manera que lo hacemos hoy, el planeta no da. No da el agua, la tierra, las emisiones. Y F4F representa el desacople de uso de recursos finitos de manera demasiado potente. Hay que apostarle como país, ¿por qué hay que esperar a que lo haga Francia u otro para copiarle?”.

Tienen claro que el riesgo es alto porque esta compañía “está en la frontera de lo que se ha hecho en el mundo. Entonces tal vez no se puede escalar, o puede que se demore más de lo que estaba contemplado”. En todo caso, tienen claro que el horizonte que hay que mirar no es el trimestre, si no los 10 años. “Esperamos que el retorno sea un múltiplo muy alto. Y creemos que lo será. Es como cuando pateas al arco, ¿Crees que va a ser gol? Sí, por eso chuteo».

Y concluye: «Este aporte para F4F es como haber clasificado al mundial. Ahora hay que jugarlo y ganarlo».