La gran cantidad de empresas disruptivas que se han creado en los últimos diez años en nuestro país, y especialmente el boom de hitos históricos vividos en 2021 nos expone un auge local que está generando noticia y posicionando al país como una cuna de emprendedores a nivel mundial, abriéndose así nuevas oportunidades para apostar por nuevos mercados, sobre todo para aquellas empresas de base científico tecnológico con potencial de crecimiento e innovadoras.

Independientemente de si es una micro o una gran empresa, el proceso de internacionalización es algo que todos y todas las emprendedoras deberían tener presente cuando su producto o servicio tiene un potencial de escalamiento, siendo a su vez determinante en el crecimiento del país a través de las exportaciones.

El problema es que identificar estas ventajas aún puede ser difícil, por ello en Chile el nivel de internacionalización de las startups aún es bajo y requiere de la ayuda del mundo público y privado para impulsarlo. Por ejemplo, programas como el “Global X” liderados por ProChile busca hacerse cargo de esta brecha, apoyando la expansión de los emprendedores a Europa, haciendo más eficiente en tiempo y costos este proceso. Como parte de este programa, trabajamos en conjunto para caracterizar las empresas chilenas que están llegando a Europa, encontrándonos con información estratégica que permite entender las oportunidades que se les abren al dar este paso, levantar recomendaciones y ayudar a otros a alcanzar este destino.

El problema es que identificar estas ventajas aún puede ser difícil, por ello en Chile el nivel de internacionalización de las startups aún es bajo y requiere de la ayuda del mundo público y privado para impulsarlo

Es interesante ver que la mayoría son emprendimientos jóvenes y tecnológicos y provienen fundamentalmente de la Región Metropolitana (74%), siendo evidente la necesidad de potenciar a las regiones en estrategias de innovación y desarrollo para diversificar la procedencia de los emprendimiento escalables, de alto impacto y con potencial de internacionalización. Además, un 92% de ellas trabajan modelos de negocio B2B y en dos de cada tres casos utilizan un modelo de ingresos de Software as a Service (SaaS).

Luego vemos que los mercados de mayor interés son España (33%), Alemania (28%) y Reino Unido (16%), lo que en su mayoría está asociado a la facilidad del idioma en el caso de España, y por una estrategia de “soft landing”, dado que tener una empresa constituida en España ayuda a la homologación de temas legales y tributarios de la Unión Europea. Por otra parte, los otros dos destinos son atractivos por su envergadura y alta demanda en tecnología.

Es evidente la necesidad de potenciar a las regiones en estrategias de innovación y desarrollo para diversificar la procedencia de los emprendimiento escalables, de alto impacto y con potencial de internacionalización

En este sentido vemos un mercado relevante para nuestros emprendedores en Europa al que tenemos el desafío de abrirnos mucho más. El país al que decidamos ir siempre estará asociado a la industria que apuntemos, pero a nivel general este continente tiene una alta digitalización de empresas y bancarización de usuarios, por lo que es terreno fértil para soluciones tecnológicas innovadoras, y es un mercado abierto a pagar por soluciones de alta calidad y con espacio para crecer. De todas formas, no deja de ser importante tener en consideración que es altamente competitivo, con costos más altos en talento, marketing, entre otros, y que exige altos estándares de calidad y exigencias regulatorias.

Este diagnóstico nos abre los ojos respecto a las ventajas y oportunidades que ofrece el mercado europeo a las startups y scaleups chilenas y es una nueva oportunidad para tomar el peso a lo que significa para un emprendedor y para Chile salir más allá de las fronteras. Las empresas con ventas o clientes en el mercado europeo generan en promedio más del doble de empleos que aquellas que no han logrado internacionalizarse, pasando de 22 a 49 trabajadores.

Por otra parte, vemos que más de la mitad de las empresas chilenas en su proceso de internacionalización no han levantado capital, entendiendo en base a esto que los emprendimientos que buscan expandir sus operaciones lo hacen en una etapa de crecimiento, buscando acceder a nuevos mercados que les permitan aumentar sus ventas.

Las empresas con ventas o clientes en el mercado europeo generan en promedio más del doble de empleos que aquellas que no han logrado internacionalizarse, pasando de 22 a 49 trabajadores

Dentro de los aprendizajes se encuentran que las principales necesidades a las que hoy se enfrentan los emprendedores al pisar suelo extranjero están el acceso a agencias de marketing y comunicaciones, vías para encontrar talento y la contratación de servicios de consultoría en investigación de mercados. Por tanto, focalizar los recursos según la condición de ingreso al mercado es un elemento clave para asistir efectivamente a las necesidades de cada empresa en su proceso de internacionalización.

Por todo ello, potenciar la expansión de los emprendedores nos permitirá tener más negocios escalando y liderando a nivel mundial, pero también transformar la matriz exportadora en una más sofisticada, diversa y sostenible, avanzando en modelos de triple impacto, que le permita a Chile mejorar sus niveles de competitividad y grado de diferenciación a nivel internacional, logrando por ende, el anhelado desarrollo económico.