Un tema muy importante que me gustaría tratar en el marco del Día Internacional de la Mujer conmemorada ayer, es destacar cuánto hemos logrado avanzar en diferentes y muy importantes materias, pero aún así, hay otras que han quedado rezagadas. Me refiero a una materia que como ingeniera conozco de cerca: la baja participación femenina en carreras asociadas a las disciplinas STEM (science, technology, engineering and mathematics). 

Según el informe de la UNESCO “Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM”, las mujeres representan el 35% de los estudiantes matriculados en carreras vinculadas a Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Y solo el 3% de ellas elige especializarse en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Las mujeres representan el 35% de los estudiantes matriculados en carreras vinculadas a Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Y solo el 3% de ellas elige especializarse en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)

En el caso de Chile, un informe realizado por Acción Educar, donde revisaron la matrícula de primer año de 2021 en educación superior, evidenció que en las carreras de Tecnología, asociadas a la Ingeniería, Computación, Mecánica, Electrónica y Construcción, la participación de las mujeres es de tan solo un 20%.

Los números hablan por si solos y es importante ponerles atención, ya que las carreras asociadas a las disciplinas STEM constituyen los empleos del futuro en un mundo cada vez más digitalizado, así como también son la fuerza de la innovación.

De igual forma, el futuro nos trae nuevos desafíos que enfrentar, tanto en materia económica debido a la pandemia, como en materia de desarrollo sostenible y sustentable, por lo que se vuelve necesario potenciar el ingreso de un mayor número de mujeres para solucionar estos retos y aportar en el desarrollo. 

Las carreras asociadas a las disciplinas STEM constituyen los empleos del futuro en un mundo cada vez más digitalizado, así como también son la fuerza de la innovación

Por supuesto, esto no es algo inmediato ni depende de un solo actor. El esfuerzo tiene que ser conjunto entre las familias, terminando con los estereotipos de género; el gobierno, desarrollando políticas públicas dirigidas a mujeres jóvenes; y también desde las empresas promoviendo una mayor inclusión y participación en cargos de liderazgo, que sean un ejemplo para aquellas que están comenzando sus estudios o carrera profesional. 

Finalmente, me quiero quedar con una visión positiva del tema, creyendo que existe una real oportunidad para mejorar estas cifras. Confío, sin lugar a dudas, que el terreno ganado es seguro y de aquí solo nos queda ir hacia arriba. Se trata de otro reto por conquistar, de tantos que ya hemos superado a lo largo de nuestra historia y en los últimos años.

El esfuerzo tiene que ser conjunto entre las familias, terminando con los estereotipos de género; el gobierno, desarrollando políticas públicas dirigidas a mujeres jóvenes; y también desde las empresas promoviendo una mayor inclusión y participación en cargos de liderazgo