Producto de su origen tecnológico y de la capacidad para adaptarse fácilmente a las necesidades en el día a día de los ciudadanos, las fintech lideran una transformación sin precedentes en Latinoamérica, y que tiene a la inclusión financiera como su gran desafío.

Durante los últimos años, la figura de las fintech se extendió por toda la región, producto de los nuevos hábitos que la pandemia motivó en las personas, donde los canales digitales fueron decisivos para solventar cada momento financiero. Los usuarios, por su parte, durante este tiempo, no sólo se dieron cuenta que eran
seguros, sino que también resultaban fáciles de usar.

Las fintechs tienen la oportunidad de recoger necesidades específicas y crear soluciones que permitan democratizar las finanzas.

Mariflor Alice, directora regional de pagos de BPC.

La consolidación de su oferta para el año 2023 dependerá en gran medida de la habilidad que muestren para comprender las oportunidades que hay, al poder integrar los diferentes actores del ecosistema transaccional y las diferentes soluciones, en una oferta de productos y servicios ideada para cada tipo de necesidad.

El Banco Mundial indica que dos de cada cinco trabajadores en Latinoamérica, aún no tienen una cuenta bancaria para hacer sus transacciones, es por esto que las fintechs tienen la oportunidad de recoger necesidades específicas y crear soluciones que permitan democratizar las finanzas.

La transformación digital hace posible que las personas den un salto hacia nuevos productos digitales, teniendo acceso a créditos, transferencia de pagos, envío o recepción de remesas o comercio electrónico, desde la comodidad de un dispositivo móvil. Las fintechs, por su parte, al contar con la capacidad de integrar aliados estratégicos dentro de su oferta, pueden ofrecer soluciones como el procesamiento de pagos en la nube, servicios de adquirencia, pasarelas de pago, APIs y switch transaccional.

Para este nuevo año su hoja de ruta debería priorizar la capacidad para adaptar sus soluciones a las necesidades específicas de las personas,

Mariflor Alice, directora regional de pagos de BPC.

Según el reporte «Fintech en América Latina y el Caribe», elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el ecosistema pasó de contar de 1.166 plataformas a 2.482 en menos de tres años. La categoría más importante es «pagos», con un 25% (impulsada en gran medida por la promulgación de leyes fintechs en países como Brasil, México y Chile); luego le siguen los Préstamos Digitales (19%) y en tercer lugar está el Crowdfunding (5,5%).

Estas condiciones hacen de Latinoamérica un territorio con grandes oportunidades
para el crecimiento y desarrollo de fintechs
, para este nuevo año su hoja de ruta debería priorizar la capacidad para adaptar sus soluciones a las necesidades específicas de las personas, con respuestas en tiempo real a sus requerimientos y
desligados de los procesos engorrosos de la banca tradicional.

Hoy el consumidor es quién está en centro de la experiencia y es él, con sus necesidades y hábitos de consumo, quién decide cómo desea interactuar con sus servicios financieros. La banca abierta, el procesamiento y la inteligencia de datos ofrecen nuevas posibilidades para impactar positivamente en algunos de los mayores desafíos que presenta en la región en materia de inclusión financiera.