Los últimos meses han traído grandes noticias para el ecosistema emprendedor local y también grandes hitos que esperamos que sean los primeros de muchos más. Repasemos algunos. El informe de competitividad mundial ubicó a Chile segundo a nivel internacional en actividad emprendedora en su etapa inicial.

Lo que queda por delante es consolidar esta tendencia para que se convierta en una visión país. El crecimiento económico no puede depender únicamente de un único sector productivo, necesitamos de un ecosistema que apueste por nuevas capacidades estratégicas a largo plazo

Startups como Cornershop y NotCo hicieron noticia a nivel mundial por la escalabilidad de sus negocios, lo que derivó en el consiguiente aumento en su valorización tras ser reconocidas como «unicornios», lo que se vio reflejado a través de la venta o bien, el millonario levantamiento de capital privado. Start-Up Chile, la aceleradora de Corfo, mostró los resultados de su estudio Annual Alumni Passport 2021 -el cual analiza el estado de las empresas que ha apoyado en generaciones previas-, y las cifras son alentadoras, ya que la valorización de su portafolio aumentó un 172% desde 2019, lo que equivale a 60,6 veces lo invertido por Corfo.

También se ha fortalecido en el último año la creación de fondos de venture capital privados, es decir, personas dispuestas a invertir en empresas que se encuentran en etapa temprana de desarrollo, y que tienen el potencial de alcanzar el despegue definitivo.

La buena noticia es que Chile ha demostrado con creces que la innovación existe y que somos capaces de crear soluciones concretas a problemas que viven las personas día a día en el mundo

Lo que queda por delante es consolidar esta tendencia para que se convierta en una visión país. El crecimiento económico no puede depender únicamente de un único sector productivo, necesitamos de un ecosistema que apueste por nuevas capacidades estratégicas a largo plazo. El rol que pueden cumplir aquí las grandes empresas es fundamental, a través de la conexión con el mundo de las startups. Iniciativas como la innovación abierta, donde las grandes compañías se abren a la cooperación con empresas externas de menor tamaño; o el company building (o venture building), modelo en el cual empresas ya consolidadas generan sus propias startups o spin-offs a partir de nuevas ideas de negocios, son una muestra de la necesidad de innovación y de los múltiples beneficios de crear nuevas alianzas estratégicas donde ambas partes obtienen reconocimiento.

La falta de financiamiento es una de las mayores piedras de tope, y por supuesto que se valora la existencia de los venture capital extranjeros, pero también es importante que el capital provenga de manera local

Por otro lado, los emprendimientos y startups ya son parte de nuestra economía, pero dejando fuera a los «unicornios», aún queda mucho por hacer entre quienes vienen más atrás. La falta de financiamiento es una de las mayores piedras de tope, y por supuesto que se valora la existencia de los venture capital extranjeros, pero también es importante que el capital provenga de manera local, tanto a través del fortalecimiento de los programas públicos ya existentes, como el surgimiento de mayor confianza por parte de inversionistas ángeles chilenos al potencial y el trabajo que están realizando las nuevas generaciones.

La buena noticia es que Chile ha demostrado con creces que la innovación existe y que somos capaces de crear soluciones concretas a problemas que viven las personas día a día en el mundo. Lo que viene ahora, y que debiera ser una de las metas a trabajar en este año que recién comienza (y del nuevo gobierno del presidente electo Gabriel Boric), es darle el espacio que merece a ese capital, crear las condiciones para que florezca y consolidar la expansión del ecosistema emprendedor.