A partir de la especie endémica chilena, la startup cofundada por dos chilenos, desarrolló un fungicida natural y está produciendo un compuesto utilizado en vacunas, el cual buscan comience a ser utilizado en pruebas clínicas a fines de este año.

Llevar el Quillay chileno al mercado mundial agrícola y farmacéutico: esa es la cruzada de la biotech Botanical Solutions fundada por los chilenos Gastón Salinas y Gustavo Zuñiga en 2013, objetivo por el cual la startup acaba de captar US$ 6,1 millones en una ronda Serie A liderada por el fondo de venture capital con base en Palo Alto, California, Otter Capital.

Salinas, CEO de Botanical Solutions -que tiene su matriz en Delaware, Estados Unidos- cuenta que si bien ya captaron el capital esperado, la ronda -en la que también hicieron un follow on los family offices chilenos de las familias Saval y Casanueva-, continua abierta hasta fines de febrero: «La ronda estaba pensada en US$ 6 millones y ya lo superamos, en ese sentido todavía estamos en proceso, el monto que logramos fue el first closing. El 20 de febrero es el cierre oficial y creemos que será en torno a los US$ 7 millones, ya tenemos comprometidas ciertas inversiones».

Y la extensión de la ronda se debe al interés de los VC en la tecnología de la startup, que tiene dos partes. Por una lado, y a partir de la Investigación y Desarrollo (I+D) de Zuñiga, la startup descubrió que un componente del Quillay servía como fungicida natural para el mundo agrícola. Además de esto, hallaron cómo cultivar el árbol en el laboratorio, de manera que la startup no utiliza las plantas silvestres, ayudando a la preservación y sustentabilidad de la especie endémica, «sacamos al bosque de la ecuación, la sustentabilidad es algo que está en el corazón del negocio», afirma Salinas.

Quillay cultivado en el laboratorio de Botanical Solutions.

A partir de esto, los emprendedores transformaron el compuesto en un primer producto llamado Quillibrium, un líquido que apunta a diversas enfermedades que afectan a la industria agrícola a nivel mundial, entre ellas la Botrytis, hongo que según Salinas puede llegar a afectar al 30% de las cosechas. Hoy el producto es comercializado en Chile y Perú a través de una alianza con la empresa bioquímica agrícola Syngenta, y está en proceso de llegar a México y Estados Unidos, para lo cual destinarán parte de los US$ 6,1 millones, capital que se suma a otros US$ 3,3 millones que levantaron en 2020.

«A fines del año pasado lanzamos el producto en Perú, desde que lanzamos el producto en 2019 hemos cubierto más de 20 mil hectáreas. También iremos a México con ellos, esperamos llegar a fines de 2022, ya inició el proceso regulatorio. Para EE.UU estamos en conversaciones con otras empresas bioquímicas. En el corto plazo esperamos operar en cuatro mercados», cuenta el CEO.

Asimismo, la biotech está realizando I+D -en su planta ubicada en la comuna de Macul- para desarrollar nuevos productos en base al Quillay y a partir de otras plantas nativas chilenas, «estamos mirando el Boldo, el Palqui y varias otras, y también especies de otras partes del mundo, para sacar nuevos bactericidas y insecticidas. Este es otro hito para la compañía, aliar la plataforma productiva para oras plantas. Tenemos varios prototipos de productos, lo más cerca que tenemos es un bionematicida, los nematos son organismos del suelo y hay algunos dañinos, que son como una larvas que colonizan las raíces de plantas, como uvas o tomates. Este también es en base a Quillay», dice Salinas, que cuenta que buscan tener al menos cuatro productos de aquí a 2026. En esa línea, para 2022 Botanical Solutions busca facturar cerca entre US$ 2 millones, en 2021 fueron US$ 750 mil.

El biólogo y cofundador, Gustavo Zuñiga.

Mercado de las vacunas

Junto a esto, la startup usará el capital para continuar explotando otro uso del Quillay, al que llegaron por accidente en 2019 cuando descubrieron que existe un compuesto llamado QS21, el que se obtiene en base a un extracto de la especie endémica que se ha estudiado como adyuvantes en vacunas y que se usa para mejorar la eficacia del ingrediente activo. Así, la biotech se puso manos a la obra y comenzó a intentar producirlo. «No nos estamos posicionando solo como proveedores de materia prima, sino que queremos terminar con QS21 de grado farmacéutico. Hoy se estima que es posible producir como 20 millones de dosis dependiendo del quillay silvestre, nosotros podemos producir billones de QS21 sustentándonos en nuestra tecnología”, cuenta Salinas.

En ese contexto, apuntan a llegar a producir gramos purificados de QS21 que sean óptimo para pruebas en vacunas: «Estamos en conversaciones con farmacéuticas, son las más grandes del mundo, algunas de ellas han producido las vacunas que hoy todos nos ponemos para el Covid-19. Hoy estamos hablando para entrar en estudios clínicos de fase I durante 2022 en Estados Unidos y Europa», asegura Salinas.