El ecosistema financiero de Latinoamérica se transformó, y hoy el uso de la tecnología es su gran impulsor; sin embargo, este momento plantea ciertos desafíos para los países en cuanto a la elaboración de una normativa que estimule y regularice productos y servicios digitales capaces de atender las necesidades de las personas en su día a día.

Alrededor de las fintechs -startups con componentes financieros, neobancos y demás iniciativas digitales están en continua evolución producto del modelo de negocio que implementan para sus usuarios- se viene creando un diálogo positivo por parte de organizaciones, gremios y voceros, en cada uno de los países de la Latam.

El ecosistema financiero de Latinoamérica se transformó, y hoy el uso de la
tecnología es su gran impulsor; sin embargo, este momento plantea ciertos desafíos para los países en cuanto a la elaboración de una normativa

Los avances son alentadores, las entidades que operan en el sector financiero están en constante evolución; los marcos legales que consiguen alinearse con este dinamismo e impulso son los que mejor interpretan el momento que estamos viviendo en Latinoamérica.

En la actualidad contamos con ejemplos pioneros en la región, como los proyectos de Ley Fintech en diversos países de la región, legislación que en general apunta a la creación de una normativa para el sector que regula las instituciones de crowdfunding y a las empresas de pago electrónico, junto con las operaciones con activos virtuales de las instituciones de crédito, la cual de manera paulatina muestra resultados.

También se destaca el caso de Brasil, con dos iniciativas del Banco Central que están revolucionando el sistema financiero brasileño y tienen como objetivo impulsar el mercado de fintechs y bigtechs, creando mayores oportunidades para el desarrollo de nuevos productos y servicios. Colombia, Chile y Perú adelantan iniciativas inspiradas en este sentido.

Las normativas que en este sentido se promulguen serán beneficiosas para el sector si tienen la capacidad de convertirse en ese ‘director de orquesta’ que permita que todos puedan competir en las mismas condiciones

La innovación es el eslabón que une a las fintechs con la creación de soluciones
financieras.
La aplicación de la tecnología no puede ser un obstáculo para lograrlo; sino todo lo contrario, es la herramienta más poderosa con la que cuenta el sector para llegar con soluciones digitales en un entorno multicanal e integrado.

La aplicación de la tecnología hace posible que las entidades financieras implementen en asocio con empresas expertas soluciones como el procesamiento de pagos, emisión de tarjetas, servicios de adquirencia, comercio electrónico y pasarelas de pago, gestión del fraude, switch transaccional y front-end de forma integrada y fáciles de ampliar, que permiten a las fintech enfocarse realmente en llegar con sus productos a los ciudadanos. Algunas de las leyes actuales en los países tienen el objetivo principal de promover las Finanzas Abiertas y las Interfaces de Programación de Aplicaciones (API).

Una Ley Fintech ideal y soñada para la industria es aquella que escuche e interprete las necesidades de todas las partes del ecosistema y que promueva soluciones para atenderlas de manera segura y efectiva

Las normativas que en este sentido se promulguen serán beneficiosas para el sector si tienen la capacidad de convertirse en ese ‘director de orquesta’ que permita que todos puedan competir en las mismas condiciones. Al final lo que hace el ente regulador es poner una serie de condiciones para que el mayor beneficiado sea el usuario final.

Ahora el cliente es quien está en el centro de la experiencia y este es un concepto disruptivo para el sector. No hay duda que una Ley Fintech ideal y soñada para la industria es aquella que escuche e interprete las necesidades de todas las partes del ecosistema y que promueva soluciones para atenderlas de manera segura y efectiva.